Por @andicast
Comparto con muchos bogotanos uno de los anti-placeres de la ciudad: conseguir taxi entre semana después de las 5 de la tarde. En mi caso el temor empieza a las 4. A esa hora hago una ronda por la oficina buscando amigos que se movilicen al norte de la ciudad y que no sufran el castigo del pico y placa.
Ciertos días en que se descruzan los planetas suele ocurrir que todos salen temprano a diversas reuniones, por lo que me veo obligado a realizar la jartísima labor de solicitar taxi por teléfono, un ejercicio de paciencia que ni el mismo Buda podría soportar. Para esta tarea es necesario disponer de aproximadamente una hora, en la cual se escuchará varias veces la frase “lo sentimos, no se encuentra ningún móvil disponible”.