
La Aduana es la sede de la Corporación Luis Eduardo Nieta Arteta, encargada del Archivo Histórico del Atlántico.
Por tatta25
Hace poco visité la hemeroteca. Creo que la penúltima vez que lo hice fue en mis épocas de estudiante de periodismo, cuando necesitaba recopilar ciertas publicaciones solicitadas por mis profesores para analizarlas en casa y debatirlas después en clase.
Volví a la hemeroteca porque necesitaba documentar el origen de las pandillas en los barrios de Barranquilla. El viaje en la máquina del tiempo, además de las manos llenas de polvo, la nariz irritada y la frente sucia, me dejó varias enseñanzas:
- Historias con más contexto. Si como periodista visitara más a menudo los archivos periodísticos de mi ciudad obtendría historias con mejor contexto y podría darles a mis lectores una perspectiva más amplia de un proceso. Por ejemplo, revisando las ediciones de los años 80 de El Heraldo y El Diario del Caribe encontré los registros de los enfrentamientos de los grupos juveniles de entonces, los problemas de servicios sanitarios de la época y, como en una especie de déjà vu, las discusiones de los concejales con el Ejecutivo, vías en mal estado e infracciones de tránsito.
- La cultura del archivo. Quienes consultaban la hemeroteca el día que la visité eran estudiantes de Historia y Ciencias Sociales. Los vi fotografiando los textos porque dada la fragilidad de los papeles archivados, y del peso de cada tomo, no era posible usar la máquina fotocopiadora. A esos universitarios los vi organizando la secuencia fotográfica en un cuaderno. Sin duda, tienen por costumbre revisar los archivos. Esa imagen me hizo caer en cuenta de que como periodista muchas veces me quedo con la misma herramienta investigativa de siempre: la entrevista, dejando por fuera ese vasto mundo historiográfico.
- Reforzar el kit periodístico. Al ver a dos de los usuarios de la hemeroteca con una cámara fotográfica entendí que más allá de la grabadora, el cuaderno de apuntes, el portátil, conexión a internet y las memorias USB, es necesaria la cámara fotográfica como parte del kit investigativo del periodista. Aclaro, hago referencia a usarla más allá del registro de los hechos durante el cubrimiento de un suceso. La cámara puede volverse una aliada en la obtención de documentos. En la hemeroteca me recomendaron un equipo con alta resolución, de no menos de cinco megas, para obtener imágenes de las que se puedan leer sin problemas los textos.
- Tener un archivo propio. Además de las entrevistas, muchos de los datos que obtengo en mis indagaciones periodísticas me llegan vía correo electrónico, pero los suelo dejar desorganizados en la bandeja de entrada o en la carpeta de los correos ‘no deseados’. Al visitar la hemeroteca se me ocurrió crear un archivo periodístico de los procesos que cada tanto cubro. Como redactora del área de ‘Locales’ se me facilitaría el trabajo si tengo una carpeta, física o digital, con publicaciones de los deslizamientos en Barranquilla, los arroyos, la inseguridad o los accidentes eléctricos.
- No todo está en la web.En un post anterior ya había escrito sobre la posibilidad que Google brinda de visitar las ediciones anteriores de un nutrido grupo de periódicos del mundo. Sin embargo, en la web no están muchas de las ediciones históricas de las publicaciones regionales. Por eso, la hemeroteca sigue siendo un sitio de obligada visita.
Algunas de las hemerotecas de Colombia:
- La del Banco de la República
- Hemeroteca Manuel del Socorro Rodríguez
- Hemeroteca Nacional Universitaria
Algunas de las hemerotecas de Barranquilla:
- Archivo Histórico del Atlántico
- Las de las bibliotecas locales (Comfamiliar, Combarranquilla, Meira Delmar)
- Las de las universidades
- Las que ofrecen los periódicos locales (los archivos de La Libertad, ADN, EL Heraldo)