Por tatta25
Recuerdo que cuando llegué a hacer mis prácticas profesionales a El Heraldo entendí que no sabía titular, colocar comas ni era capaz de condensar la información en una nota breve. El aterrizaje me estremeció porque durante toda la carrera siempre obtuve buenas calificaciones y pertenecía al grupo de ‘las que les gustaba escribir’.
La universidad no me enseñó, y creo que no sólo es cosa de la universidad en la que estudié sino de la mayoría, a ser minuciosa con la escritura, a entender a los jefes de prensa, a quienes llaman a decirte que son amigos de los dueños y por eso se sienten con derecho y te presionan para les publiques lo que ellos necesitan. Además de los ‘gajes del oficio’, que sólo se aprenden en el día a día, con una que otra lágrima, frustración y hasta desilusión, me hubiese gustado que la ‘U’ me enseñara más herramientas y cosas relacionadas con la realidad mediática, especialmente la local.
Por supuesto, la universidad es sólo la base para construir la vida profesional y por eso es clave la formación que como periodista continúe sumando después del pregrado: maestría, especialización, talleres o cursos de actualización, acompañados de lecturas constantes.
Recordando lo que la ‘U’ no me enseñó, pero el día a día periodístico me obligó a conocer, elaboré este listado:
- Historia política local y nacional (Ahora sólo sé algo. Soy consciente que en este terreno tengo un largo camino por recorrer): Cuando se escribe sobre los concejales, por ejemplo, es necesario saber a qué ‘casa política’ pertenecen para entender el porqué de su pronunciamiento o decisión.
- Etnografía: este es un campo en el que apenas me estoy involucrando, pero que he descubierto valioso como técnica de reportería para lograr datos más certeros.
- Periodismo digital: el currículo que me tocó estudiar entre 2001 y 2005 no contemplaba nada de periodismo digital. Aún hoy no lo contempla, me aseguró una estudiante ad portas de la graduación. Por supuesto hace 10 años no había tal interés por aprender habilidades multimedia como las hay hoy. Por eso, este campo ha sido autodidacta: muchas lecturas de blogs especializados, aprender de los que ya llevan largo tiempo como periodistas digitales, y altas dosis de experimentación y error.
- Fuentes periodísticas: en las clases de redacción los profesores siempre nos hablaban a mis compañeros y a mí de las fuentes. Hubiese deseado más guía sobre aprender a manejarlas o estudios de caso para conocer qué decisiones tomar ante disyuntivas profesionales.
- Especialización en un tema: cuando me ha tocado ser periodista de una fuente, por ejemplo Educación, entiendo ese remoquete de burla: ‘Los periodistas se gradúan con un mar de conocimientos, de un centímetro de profundidad’. Hubiese deseado tener como posibilidad escoger entre electivas de periodismo medioambiental o cultural, historia, literatura o arte.
- Herramientas de investigación: matemáticas para periodistas, Excel para periodistas y cruce de información son áreas que aún sigo estudiando por mi cuenta y, día tras día, entiendo lo necesarias que son para lograr mejores historias. Aún sigo luchando contra el cliché: ‘Estudiaste periodismo porque esa carrera no tiene matemáticas’. No es cierto, como periodista me veo expuesta a realizar reglas de tres, sacar porcentajes, obtener cifras de decrecimiento, etc., y yo no cubro económicas.
Y el listado sigue. Más que quedarme en la queja, quiero poner esta historia como ejemplo para aquellos estudiantes que aún no se han graduado y disponen de tiempo para prepararse mejor. Cuando comiencen a trabajar y a comprender que están llenos de vacíos anhelarán tener tiempo para llenarlos, pero no lo tendrán. Las jornadas de casi 12 horas diarias de periodismo apenas y se lo permitirán.
Por eso, con todas las facilidades que ofrecen las nuevas tecnologías, hoy es posible para un estudiante alimentar un blog que le permitirá pulir la pluma, aprender a reportear, a contrastar fuentes y a ir calentando motores para exponerse al público. La recomendación a los estudiantes de periodismo o a aquellos que estudian otro pregrado, y quieren ser periodistas, es que aprovechen sus años universitarios para ir poniendo en práctica lo que aprenden y no llegar ‘cero kilómetros’ a trabajar en un medio.
Dos documentos de despedida. Este elaborado por Guillermo Franco es útil para saber las necesidades de formación de los periodistas latinoamericanos:
Y este otro plantea el ideal de un programa de periodismo. Una propuesta de la Unesco sobre lo que las facultades de periodismo deberían enseñarles a sus estudiantes: