Heridas mortales al periodismo

Por tatta25

Con el flujo constante de información que se origina en la web, es fácil para muchos periodistas caer en la tentación de usar como suyos textos escritos por otros o inventarse las noticias.

Pese al anonimato que puede brindar internet, sus herramientas también hacen caer a un plagiario o a un mentiroso. El caso más reciente lo protagonizó el periodista de CNN Fareed Zakaria, quien admitió haber cometido plagio en una columna suya publicada en Time. La revista le suspendió su espacio durante un mes y CNN retiró su programa sin una fecha definida de retorno.

El Tiempo reportó que «el revés vino de la mano de su columna titulada ‘El caso del control de armas’, publicada en Time. En Internet empezó a circular la denuncia de una sospechosa similitud de sus párrafos con los de una publicación de abril pasado en la revista The New Yorker. Y la bomba explotó el viernes, cuando el periodista admitió por escrito que sí tomó párrafos de un ensayo de la profesora de historia Jill Lepore».

Semanas antes, Jonah Lehrer había bajado del Olimpo periodístico al infierno del descrédito por autoplagiarse, es decir, usar párrafos que ya había escrito antes para otro medio y hacerlos parecer como nuevos, y por inventarse unas citas que le atribuyó a Bob Dylan en su libro Imagine: How creativity works.

Los críticos norteamericanos que han escrito sobre el caso Lehrer coinciden en afirmar que él hubiese evitado el autoplagio haciendo claridad en que los párrafos no eran nuevos sino parte de un trabajo ya publicado. Debo admitir que no estoy convencida de si lo que el periodista hizo en este caso deba catalogarse como autoplagio.

El segundo hecho en el que incurrió Lherer, y que sí no me genera dudas de censura porque atenta contra el valor periodístico de la verdad, fue el de ‘aderezar’ con testimonios inventados una historia. Lehrer no sólo fue deshonesto con el medio para el que trabajaba, The New Yorker, sino con la profesión al darle otro golpe bajo al buen nombre del periodismo.

Gracias a ‘periodistas’ como estos, este oficio no es sinónimo de crebidilidad para muchos ciudadanos, que lo ven como una práctica hecha por gente sin compromiso.

Para saber más:

Periodismo de ficción

El refrito o plagio en los medios de comunicación

Para no caer en plagio:

Atrapar a un plagiario

Aprenda a evitar el plagio

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