
Autor invitado. Nosotros los que venimos de una época de locutores bien preparados, de hombres de radio que sentaban cátedra entre un disco y otro para poner al oyente en contextos sobre autores, compositores e intérpretes, nos parece lamentable la ramplonería de hoy, la vulgaridad que se ha tomado nuestras ondas hertzianas como si fuera el sello distintivo de la modernidad.
De la voz bien timbrada que a uno le permitía distinguir un locutor de otro, hemos pasado a los ‘diyei’ con remoquetes, que hasta hablan igualito, en el mismo ritmo y los mismos timbres; como si parecerse el uno al otro fuera lo distintivo de ahora, como si ese contrasentido fuera el único sentido posible. Continue reading →