Por Tatta25
Basta con pasearse por las noticias de cada día para entender que vivimos en una sociedad violenta. Quienes hemos leído prensa las últimas semanas nos encontramos con los siguientes titulares: ‘Matan de 17 puñaladas a sacerdote en Barranquilla’, ‘Muere la otra niña quemada por bomba molotov en Malambo’ y ‘Sicarios asesinan a tendero en el barrio La Pradera’.
La situación no mejoró mucho a la hora del almuerzo ni por la noche, frente a la pantalla chica. Una contundente voz comenzó a anunciar que una madre mató en Sincelejo a su hijo recién nacido con una inyección llena de veneno y que un enfermero anestesiaba a sus pacientes en Medellín para violarlas.
Al cambiar de canal, otra voz igual de contundente narraba cómo unos reos tenían secuestrado a otro dentro de la cárcel La Picaleña, en Ibagué, y cómo un hospital en Bosa buscaba a los familiares de tres ancianos abandonados.
Al dar clic en las secciones de Política la realidad no mejoró mucho: “No sé si es que está posando de bobo o de loco”, le dijo la exfiscal Viviane Morales al exvicepresidente Francisco Santos, en medio de la batalla verbal que libran desde hace unos días, y con unos clics adicionales aparecieron los variados capítulos de la guerra que protagonizan desde hace dos años el presidente Juan Manuel Santos y su antecesor Álvaro Uribe Vélez.
Con estas historias entiendo lo que alguien me dijo: “no estoy pendiente de las noticias porque la vida ya es lo suficientemente dura como para atormentarme más con tantas tragedias todos los días”.