AUTOR INVITADO

Por Leonardo Rúa De la Hoz*

Contrario a lo que muchos colombianos y su competidor directo Caracol pensaban, RCN repuntó en rating para la franja de la noche desde julio y todo gracias a las andanzas ‘realiteras’ de un grupo de jóvenes colombianos que sueñan en convertirse en ‘Protagonistas de Novela’.  Un sitial de honor en el que, durante dos meses, ni siquiera le pegó a los primeros lugares, al ser destronado por tres fuertes producciones: ‘¿Dónde carajos está Umaña?’, ‘Escobar, el Patrón del mal’, ‘El Desafío 2012’ e incluso el ya extinto programa de concursos ‘Yo me llamo’ en su segunda temporada.

Debo admitir que con cierta incredulidad leí las declaraciones que Fernando Gaitán, actual vicepresidente de producto del Canal RCN, concedió a El Tiempo en la que, hablando con la paciencia que siempre le hemos visto, reconocía los malos resultados de su empresa, pero no le daba tanta credibilidad a las producciones de la competencia.

La historia ha demostrado que cuando se trata de rating nada está escrito. Y todo el espacio que RCN había perdido ante Caracol lo ha recuperado rápidamente. A principios de julio en el total del prime, Caracol marcó 10,1 puntos contra 8,6 de RCN, la diferencia fue de 1,5 en personas. A mediados de julio, la diferencia disminuyó sustancialmente y, contradictoriamente, sólo ‘Protagonistas de Novela’ repuntó sobre las tres producciones prime de su enfrentado.

En conclusión, Colombia pide a gritos más morbo en su televisión, sin importar horarios ni fecha en el calendario. Cuerpos semidesnudos paseándose orondos en una casa con más de 50 cámaras registrando detalles en las habitaciones, el sauna, la cocina y hasta el baño.

Parece que el país se cansó de la búsqueda de Umaña y saben que Pablo Escobar terminará baleado en una azotea de una casa en Medellín.

¡Bienvenidos los traseros y los senos al aire, los arrunches bajo las cobijas, los besos desenfrenados y las acusaciones destructoras en ‘El cara cara’. Esa es mi gente colombiana!

* Periodista, docente y redactor de la Casa Editorial El Tiempo. Texto publicado inicialmente en su columna semanal ‘Entre andamios’, en el diario ADN de Barranquilla.

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