Por @tatta25

Año nuevo, proyectos nuevos. Y hemos decidido que además de continuar publicando este 2016 posts sobre periodismo y nuevas tecnologías, haremos publicaciones frecuentes sobre los libros que estamos leyendo y sobre las películas que nos han gustado mucho (ya sea que estén en cartelera, disponibles en Netflix o alojadas en algún otro sitio de la web). También sobre cualquier material que consideremos valioso para compartirlo con ustedes. (La lista de @kpdelahoz está disponible aquí)

Acabo de terminarme un libro que estaba en mora de leer (de hecho, llevaba varios años esperando por mí). Se trata de El Librero de Kabul, escrito por la periodista noruega Asne Seierstad. Un relato sobre la cotidianidad de una familia en Afganistán, poco tiempo después de que allí los talibanes dejaran de ser los mandamases. Lo que más me conmovió fue cuán crueles y duros llegan a ser los hombres de esa sociedad con sus mujeres.

“El deseo amoroso de una mujer es tabú en Afganistán, está prohibido tanto por el estricto código de honor de los clanes como por los ulemas. La gente joven no tiene derecho encontrarse, a amarse o a elegir. El amor no es un idilio normal sino más bien lo contrario: puede ser un crimen grave que se castiga con la muerte. Los indisciplinados son asesinados a sangre fría, y cuando sólo es castigado uno de los dos amantes, siempre se trata de la mujer”.

Un libro que vale la pena leer porque, como lo calificó The New York Times Book Review, es “un absorbente reportaje que se lee como una novela”.

* Mi segunda recomendación es literatura pura: La Hermana, del húngaro Sándor Márai. A él llegué por La mujer justa, su obra más reconocida y aplaudida. Y celebro haberme cruzado con su prosa porque es de esos autores que saben describir las complejidades del ser humano relato tras relato, desde el ser interior hasta las variopintas relaciones con los otros.

Y lo hace Márai, un escritor que se exilió en Estados Unidos en 1948 cuando el régimen comunista llegó a su país y quien en 1989 decidió quitarse la vida en San Diego, California. Justo meses antes de que comenzara el fin del comunismo, con la caída del muro de Berlín.

En La Hermana, Márai nuevamente aborda lo indescifrables e inescrutables que llegamos a ser los humanos. Un texto que nos pone a pensar a medida que pasamos las páginas.

“Escritor a ver si aprendes a ser humilde, profundamente humilde, me dije. No sabes nada sobre los hombres, y tampoco sobre las fuerzas que los mueven y animan a vivir o morir. No sabes nada sobre el amor; en tu trabajo manejas simples ideas preconcebidas. La realidad es mucho más sorprendente, la fuerza de su imaginación es mucho más rica y mágica que cualquier situación humana que el hombre pueda concebir dentro de los límites de su propia imaginación”.

“Resulta muy difícil transmitir nuestras experiencias a otras personas, ¿verdad? Me refiero a que tal vez podamos describir lo sucedido, como cuando uno redacta un informe médico. Pero la causa profunda de lo sucedido… eso es muy difícil de reflejar. Casi imposible.  Compadezco a los escritores”.