Por @tatta25
Insultar es más fácil que argumentar. Y es tan fácil que los foros de los medios de comunicación colombianos están llenos de resentimiento y rabia, de ataques en contra del autor del artículo y de quien se atreva a opinar en una dirección distinta a la de la mayoría de los foristas.
Tan fácil es insultar que es común ver en las redes sociales cadenas de odio y de burlas que apuntan a la alcaldesa de Barranquilla, Elsa Noguera. Priman en esos espacios de disenso la bajeza humana al burlarse de su discapacidad y faltan, en cambio, las razones bien argumentadas que soporten el descontento por su gestión.
Y es tan difícil argumentar que cuando nos quedamos sin palabras recurrimos a los golpes bajos valiéndonos de la raza, el credo, la condición sexual y hasta a la mamá de nuestros interlocutores.
Es tan difícil argumentar que no somos capaces de distinguir la realidad de la telerrealidad y nos tomamos las redes sociales para burlarnos de Óscar, tildándolo de ‘loca’, y también le deseamos el mal a Manuela, con todas nuestras vísceras, por lo arrogante y manipuladora que pudo haber sido en la casa estudio.
Nos cuesta tanto argumentar que Margarita Rosa de Francisco fue atacada hace unas semanas vía Twitter por haberles comunicado a los costeños en el reality ‘El Desafío’ el castigo que se ganaron tras haber hecho trampa.
https://twitter.com/Margaritarosadf/status/237712713474768896 https://twitter.com/Margaritarosadf/status/243563926015598592“El insulto es el recurso al que apela nuestro pedazo más idiota cuando la carga de odio es demasiado pesada”, dijo en una columna publicada por El Espectador.
Y nos cuesta tanto argumentar, que cuando escribo columnas de opinión como esta no faltan quienes se toman el tiempo de escribirme en Twitter: ‘Tú si sufres, vive y deja vivir’.